domingo, 6 de noviembre de 2011

Se puede ser ecológico hasta la muerte


Ahora podemos reducir el impacto ambiental hasta después de muertos, ya que el mercado fúnebre ofrece varias alternativas amigables con el medio ambiente para cuando nos toque descansar en paz.
En Europa más de un millón de árboles son talados cada año para ser utilizados en los servicios funerarios -alrededor de 350.000 cada año solo en España- según datos de la empresa Maderón Ecowood Logic.S.L.
Ante esta realidad, la empresa elabora anualmente 10.000 féretros biodegradables construidos a base de un tipo de “madera alternativa” denominada Maderón, elaborada una pasta ecológica de cáscaras de almendra y resinas naturales, mezcladas en una maquina con alta presión y temperatura.
Otra alternativa la tiene la empresa Restbox, con los llamados ataúd “bio” a base de cartón, pues evita la tala de árboles, recicla residuos y se descompone naturalmente, una característica que implementó su inventor, Mauricio Kalinov.
Según la explicación de Kalinov y que grafica en la página web de la empresa, con un árbol se puede hacer sólo un ataúd, mientras que del mismo árbol se pueden producir 100 féretros ecológicos que, además, se desintegran en 150 horas y que emiten una cuarta parte de CO2 que uno de madera.
Gracias a que es posible su combinación con otros materiales “eco-friendly” fáciles de desintegrar, es posible encontrar diferentes diseños y colores.
Para combatir la contaminación que hacemos hasta después de muertos, por ejemplo, cuando se descompone un cadáver y se desprende lixiviados (líquidos), existe el “Bionxiomex – DCH”, un producto con patente española, que acelera la descomposición del cuerpo dentro del féretro. Se trata de una espora que se deja los huesos limpios y que evita que los fluidos lleguen a la tierra.
No son inusuales las empresas funerarias que ofrecen a sus clientes coches fúnebres ecológicos, como el Cementerio Parc de Roques Blanques del Papiol (Barcelona) que emplea un automóvil eléctrico para entierros y traslados dentro del recinto, sin emisiones contaminantes y mínimo gasto energético, completando así la oferta verde.
El mercado fúnebre también ha pesando en las emisiones contaminantes de las incineraciones, ofreciendo filtros que consigen que las emisiones sean transparentes, sin olor y completamente respetuosos con el medio ambiente.
Para las cenizas, existen opciones de urnas biodegradables para ser arrojadas al mar a base de sustancias minerales, aglutinantes vegetales y arena que se disuelven en una hora y, para ser enterradas, están las construidas con fibras vegetales, celulosa y una semilla de árbol en su interior para que una vez enterrada genere nueva vida.



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