martes, 24 de junio de 2014

Obtienen biocombustible a partir de los residuos del café

Reciclar los residuos de café para impulsar el tráfico rodado ya es técnicamente posible gracias a un estudio del Centro de Tecnologías Químicas Sostenibles de la Universidad de Bath, en Reino Unido. Su gran logro ha sido transformar restos de café molido en un biodiésel mediante una sencilla técnica que produce dos litros por cada 10 kg de residuos.
Según explican en un artículo publicado en ACS Journal Energy & Fuels, el mecanismo consiste en sumergir el producto en un solvente orgánico especial antes de someterlo al procedimiento habitual para la obtención de combustibles de origen vegetal.

Un gran potencial

De este modo, se lograría aprovechar un resido que de otro modo suele ir a la basura al tiempo que se evita tener que depender de plantaciones exclusivas para su obtención, como ocurre con otros biocombustibles.
El resultado obtenido en pruebas realizadas con diversos tipos de café es un compuesto oleoso similar al de cualquier biodiésel extraído de otras plantas. Eso sí, la utilidad tendría que limitarse a un uso más bien anecdótico, al menos mientras sean necesarios tantos kilos para tan pocos litros.
Por lo pronto, mientras no se mejore esa ratio, lo importante es el potencial de los residuos de café para acabar convirtiéndose en el futuro en un biocombustible sostenible que siente tan bien a nuestro coche como al medio ambiente.
Los investigadores del estudio sugieren empezar produciendo biodiésel para alimentar los vehículos de reparto que utilizan algunas tiendas de café y al tiempo aprovechar para recoger los residuos de sus clientes y llevarlos a una planta de producción de biodiesel central para ser procesados.
No parece mala idea, sobre todo teniendo en cuenta que cada año se producen alrededor de ocho millones de toneladas de café. El aceite vegetal utilizado en labores agrícolas, restaurantes y comercios es otro residuo vegetal que puede transformarse en biodiésel.


Via: http://www.ecologiaverde.com


Descubren un gigantesco océano bajo tierra

Es un océano inmenso, está a unos 700 km de profundidad y contiene más agua de la que suman todos los mares que hay en la superficie del planeta. Y no, aunque lo parezca no es un descubrimiento póstumo de Julio Verne sino la soprendente conclusión a la que ha llegado un grupo de investigadores de la Universidad de Evanston, en Illinois, Estados Unidos.

Eso sí, no se trata de un océano tal y como podríamos imaginarlo, una gran masa de agua a la vista. En este caso, según explican los científicos, se trata de una inmensa reserva de agua que no está en estado líquido y se encuentra encerrada bajo el manto terrestre, en las profundidades de la Tierra.

Este descubrimiento parece confirmar un reciente hallazgo de Graham Pearson, de la Universidad de Alberta en Edmonton (Canadá), que estudió un mineral llamado ringowoodita, la ansiada prueba de que hay mucha agua en lo más profundo del planeta.

Una existencia “indudable”

El equipo de investigadores estudió la velocidad y movmientos de olas sísmicas generadas por más de 5.000 terremotos a través de 2.000 sismógrafos, concluyendo findalmente la presencia de un “gran océano” interior. Con ello, afirman que se demuestra de forma clara que hay pruebas directas de la “indudable” existencia de esta zona acuática, sobre cuya existencia se dudó durante tanto tiempo.
Entre otras cosas, este descubrimiento confirma que nuestro Planea azul estaría mayoritariamente cubierto de agua (tres cuartas partes de su superficie) a consecuencia de este gran depósito interior, con lo que se descartarían las teorías que atribuían su presencia a los cometas que acabaron en nuestro planeta.
Según Graham Pearson, que no ha participado en este trabajo, “este estudio es una herramienta capital para entender el comportamiento dinámico del planeta y comprender el rol de esta zona de transición sobre los flujos de hidrógeno en las profundidades de la Tierra”.