Es un océano inmenso, está a unos 700 km de profundidad y contiene más agua de la que suman todos los mares que hay en la superficie del planeta. Y no, aunque lo parezca no es un descubrimiento póstumo de Julio Verne sino la soprendente conclusión a la que ha llegado un grupo de investigadores de la Universidad de Evanston, en Illinois, Estados Unidos.
Eso sí, no se trata de un océano tal y como podríamos imaginarlo, una gran masa de agua a la vista. En este caso, según explican los científicos, se trata de una inmensa reserva de agua que no está en estado líquido y se encuentra encerrada bajo el manto terrestre, en las profundidades de la Tierra.
Este descubrimiento parece confirmar un reciente hallazgo de Graham Pearson, de la Universidad de Alberta en Edmonton (Canadá), que estudió un mineral llamado ringowoodita, la ansiada prueba de que hay mucha agua en lo más profundo del planeta.
Una existencia “indudable”
El equipo de investigadores estudió la velocidad y movmientos de olas sísmicas generadas por más de 5.000 terremotos a través de 2.000 sismógrafos, concluyendo findalmente la presencia de un “gran océano” interior. Con ello, afirman que se demuestra de forma clara que hay pruebas directas de la “indudable” existencia de esta zona acuática, sobre cuya existencia se dudó durante tanto tiempo.
Entre otras cosas, este descubrimiento confirma que nuestro Planea azul estaría mayoritariamente cubierto de agua (tres cuartas partes de su superficie) a consecuencia de este gran depósito interior, con lo que se descartarían las teorías que atribuían su presencia a los cometas que acabaron en nuestro planeta.
Según Graham Pearson, que no ha participado en este trabajo, “este estudio es una herramienta capital para entender el comportamiento dinámico del planeta y comprender el rol de esta zona de transición sobre los flujos de hidrógeno en las profundidades de la Tierra”.
0 comentarios:
Publicar un comentario