sábado, 10 de diciembre de 2011

Ley que prohibe fumar en espacios públicos gana su primera batalla

Lamentablemente esta noticia pasó casi inadvertida, pero sin duda fue un gran, gran logro para todos los que de una vez por todas queremos que no se pueda fumar en espacios cerrados.
A ver, esto no es un ataque personal contra los fumadores. A mí me da lo mismo si la gente quiere fumar, no tengo problema con eso. Pero sí tengo problema con que varias personas fumen en un espacio que no tiene ventilación porque nos obligan a todos los que no fumamos a respirar un aire aún más contaminado que el de nuestro gris Santiago.
¿Se han dado cuenta lo desagradable que es salir a bailar y volver en la noche con la ropa apestosa a cigarro? Ese polerón, chaleco o pantalón no se pueden volver a usar y tienen que ir directo a la lavadora -y por más ridículo que pueda parecer- volver a usar la lavadora, detergente, electricidad, agua, etc. Y todo porque la gente no sale al aire libre a fumar.
Pero dejando de lado el tema del olor en la ropa, está el hecho de que todos los estudios siempre han revelado que las fumadores pasivos -es decir, todos quienes no fumamos pero respiramos el humo de otros- nos vemos tan afectados como los que sí fuman, por lo que realmente me cuesta entender que no se haya aprobado con anterioridad una ley que prohibiera fumar en lugares cerrados.
¿Habrá sido por el tremendo poder que tienen las compañías tabacaleras?, ¿Recuerdan la película “El informante”, con Pacino y Crowe? Les recomiendo que la vean. Les dejará varias preguntas dando vueltas en su cabeza.
Como sea, personalmente estoy feliz de que el primer paso se haya dado: Por unanimidad la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados aprobó el primer trámite de la ley que prohibe fumar en lugares públicos, lugares cercanos a colegios, jardines infantiles y hospitales.
Esperamos que ahora que se dio el primer paso no suceda la mismo con miles de buenas iniciativas que quedan entrampadas entre burocracia y papeleos para finalmente terminar en un basurero y que de una vez por todas el Congreso de nuestro país se ponga los pantalones y apruebe algo que tiene sentido.


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