sábado, 10 de diciembre de 2011

Ecuador: elaboran papel ecológico con restos de bananas



En Ecuador, en los recintos Yatubí y El Triunfo, a 15 minutos de Caluma, el tallo de orito y banano es reciclado para la confección de tarjetas ecológicas. La idea empezó hace cuatro años para ayudar a las familias pobres de este cantón subtropical de la provincia de Bolívar.

Blanca Maliza, presidenta de la Asociación de Tarjetas Ecológicas, cuenta que el proyecto no dejaba buenos ingresos hasta 1998. "Nuestros productos eran de pésima calidad. El papel era demasiado grueso y no sabíamos cómo decorarlo. Las licuadoras de cocina se quemaron por intentar triturar hojas de papel. A pesar de ello, la fundación nos incentivaba a continuar".

Sin ningún presupuesto, las familias experimentaron, durante más de un año y medio, diferentes técnicas para conseguir un llamativo papel ecológico. Muchas de ellas se retiraron del proyecto y ahora solo quedan 17 de las 40 familias inicialmente inscritas. Pero el esfuerzo valió la pena. Hoy, las tarjetas ecológicas son pequeñas obras de arte. Multicolores pétalos de flores y diseños creativos son su principal atractivo. Desde 1999, estas tarjetas se venden por miles en Europa y Estados Unidos, a través de la promoción de la fundación.

Todos los días, desde tempranas horas de la mañana, las 17 mujeres cortan los verdes tallos de sus pequeñas plantaciones de orito y banano. Maliza, por ejemplo, utiliza el machete para eliminar la corteza y, así, cortarla en pequeños cuadros de dos por tres milímetros que luego serán colocados en una tina con
agua.

La mujer, de 40 años, señala que el proceso no se queda allí. El tallo es hervido a fuego lento durante dos horas. Se le agrega a la mezcla tres cucharas de sal "para obtener la fibra y eliminar  la humedad", dice Maliza, mientras retacea con las manos mojadas hojas de cuaderno y papel periódico. En una moderna licuadora industrial donada por el Municipio de Caluma, Maliza mezcla el tallo cocinado con el papel. El producto es una suave y húmeda masa que después de cinco minutos se adhiere a una malla plástica de 10 por ocho centímetros. El último paso de esta sui géneris forma de hacer tarjetas, consiste en impregnar la lámina de papel en una pared. Así el papel resulta fino y adquiere una consistencia parecida a una servilleta. En medio de una abundante vegetación tropical, las 17 mujeres decoran las tarjetas.

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