lunes, 5 de marzo de 2012

DOLORES CACUANGO

Una de las mujeres más luchadoras y brillantes que ha tenido nuestro país es Dolores Cacuango. Esta valerosa dirigente nació el 26 de octubre de 1881, en San Pablo Urco, una parcialidad de la hacienda Moyurco. Fué hija de Andrea Quilo y de Juan Cacuango, peones conciertos, ella tenía catorce años cuando triunfó la Revolución Liberal. Dolores provenía de los antiguos caciques de la zona y su apellido paterno le daba un ascendiente de prestigio, sin embargo, dos siglos y medio después, debido a las condiciones de trabajo y esclavitud a que habían sido sometidas las familias indígenas, ubicaron a la familia de Dolores Cacuango entre la gente que vivía en extrema pobreza, como todos los peones conciertos de la hacienda agrícola de la Sierra.
El liderazgo de Dolores Cacuango fue indiscutible. Y sus palabras, más que un discurso político, fueron un ariete contra la injusticia y el maltrato a los indígenas. Su liderazgo se impuso sin ninguna duda, manejaba un discurso sencillo y claro, puesto que debía exponer razones y defender planteamientos, ya que llevaba la voz de su pueblo y lo hacía con profundidad, belleza y elocuencia, aquí un ejemplo:
“Nosotros somos como los granos de quinua: si estamos solos, el viento nos lleva lejos, pero si estamos unidos en un costal, nada hace el viento, bamboleará, pero no nos hará caer”.
Dolores, con coraje y valentía, formó sindicatos agrícolas en Pesillo, y en 1944 fundó junto a Tránsito Amaguaña y otros defensores de los derechos humanos, la primera organización indígena del Ecuador, la Federación Ecuatoriana de Indios; fiel a sus convicciones de unidad nacional, continuó recorriendo el país, convocando a la integración de todas las personas, a la solidaridad con los desposeídos. Fue precursora en la lucha por los derechos humanos.
En 1946 fundó la primera escuela bilingüe (quichua-español), que seguían los programas del Ministerio de Educación y además incorporaban elementos de la cultura indígena. Pero la presión de los terratenientes y del Gobierno que rechazaban la educación de los indios, hizo que en 1963, la Junta Militar prohibiese el quichua en las escuelas.
Las retaliaciones no lograron amedrentarla. Al contrario, templaron más su espíritu rebelde, su fe en la lucha, necesaria para los pueblos indígenas. Por eso solía decir, tocándose en la mitad del pecho: “Yo, aunque pongan la bala aquí, aunque pongan fusil aquí, tengo que reclamar donde quiera. Tengo que seguir luchando. Para vivir siquiera libertad en esta vida.”
En 1971, la conocida como "Mamá Dolores" murió a los 90 años, fue una mujer transgresora, incansable luchadora y conductora del pueblo indígena. Varios años después de su muerte su lucha y valores humanos son reconocidos y en 1998 La Asamblea Nacional Constituyente permite el sistema de educacion intercultural bilingüe.

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