La avispa macho Megalara garuda pertenece a una especie recientemente identificada, del género de las avispas cavadoras de Indonesia.
El espécimen languidecía en el Museo für Naturkunde de Berlín desde 1930, hasta que una expedición al hábitat de las avispas provocó que los entomólogos se dieran cuenta que tenían algo especial entre sus manos: una avispa gigante con una mandíbula asesina.
La Megalara garuda, que habita en la extraordinaria biodiversidad de la isla indonesia de Sulawesi, mide un máximo de 3 a 4 centímetros, tamaño considerable si se la compara con otras especies similares. Pero lo que ha llamado la atención de los investigadores son las mandíbulas de gran tamaño que poseen los machos de la especie.
Para obtener muestras más recientes, el equipo debió enfrentarse a un clima intenso y a una fauna no menos aguda, que los forzó a abandonar la aventura al momento de quedar sin comida.
Como explicó el año pasado la entomóloga de la Universidad de California-Davis, Lynn Kimsey: “Esta parte de Sulawesi recibe alrededor de 1.000 centímetros de lluvia al año (…) Se nos dijo que Sulawesi tiene una estación seca y otra lluviosa, sin embargo, la única diferencia que pudimos apreciar entre ambas, es que durante la estación seca, las lluvias se concentran en la tarde (…) Vimos una telaraña colonial que se extendía por dos hectáreas, con arañas adultas de unos cinco centímetros de largo”.
Debido a que la Megalara garuda nunca ha sido observada viva, los investigadores -que publicaron sus hallazgos en la revista ZooKeys- sólo pueden especular sobre el uso de las mandíbulas de la avispa macho. Estas mandíbulas son únicas entre las avispas cavadoras, las cuales tienden a inutilizar a sus víctimas con su picadura paralizante. Quizás su desarrollada quijada sea una forma de defensa, aunque los científicos están observando otras especies estrechamente relacionadas para averiguarlo.
Los ejemplares femeninos de Megalara garuda carecen de estas mandíbulas en forma de hoz, lo que hace creer que el macho utiliza estos apéndices para copular. Yep, la avispa macho, con toda probabilidad, agarra a su pareja en un loco abrazo mandibular sexual. Entre esto, las babosas banana y los gusanos planos, se hace claro que la naturaleza está ocupada inventando jueguitos que no pensábamos que existían.
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