lunes, 13 de febrero de 2012

¿Qué hacer con los billones de colillas de cigarros?

En el mundo, cerca de 1100 millones de seres humanos son fumadores empedernidos, juntos suman más de 15 billones de colillas de cigarros al año. El problema es que las colillas pueden tardar desde 18 meses, hasta 10 años en descomponerse.
El filtro del cigarro contiene varios elementos tóxicos que día a día son arrojados por todo el planeta.
Las colillas de cigarrillo están hechas de acetato de celulosa, un material no biodegradable que, por lo tanto, se demora bastante tiempo en descomponer.
Las personas de los países más desarrollados, o en vías de desarrollo, se han acostumbrado a botar la basura en basureros y no en la calle. Incluso, en varias ciudades del mundo la gente desde hace años recicla su basura. Sin embargo, extrañamente las colillas de cigarros son arrojadas en cualquier parte, es cosa de ver como están esparcidas en las playas, veredas, bosques o cualquier lugar donde transita el público.
Existe otra pésima costumbre que es: tirar colillas al mar, ríos y más comúnmente al WC. Está práctica es una de las más contaminates, ya que una colilla contamina un litro de agua, lo cual afecta principalmente a la fauna y a la flora, que  bebe y se nutre del agua.
Afortunadamente, existen distintas maneras de reciclar colillas, las cuales recien están tomando popularidad:
Algunos  artistas las utilizan para realizar sus obras. Como este artista suizo de 35 años, Jinks Kunst, quién decidió utilizarlas para hacer el retrato del célebre compositor Serge Gainsbourg.
En materia más sustentable, un hombre estadounidense de Columbus, Ohio, llamado Blake Burich, inventó una solución química que disuelve los filtros de los cigarrillos, que tardan más de una década en descomponerse naturalmente. Al sumergir las colillas en la solución, se convierten en un material parecido al plástico que es  útil para proteger del óxido y para recambios automovilísticos.
Burich ya instaló en su ciudad natal (Powell, Ohio) varios ceniceros gigantes para que los transeúntes boten las colillas de cigarrillos, que luego serán recicladas.
Sin embargo, lo que mejor resultaría para nosotros los seres humanos y el medio ambiente, es intentar dejar de lado el vicio del tabaco, y de esta forma, llevar una vida más saludable.  Por ejemplo que los cigarros sean de uso artístico, como el llevado a cabo por  Bing Xu, quién pretende destacar el comercio mundial del cigarrillo y cómo las personas se dejan seducir fácilmente por el mortal hábito de fumar. (Además, hace alusión al macabro y criminal mercado de las pieles de animal).




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