Salen nuevas bicicletas de madera cada cierto tiempo. Cada vez hay más donde elegir. Pero esta que os presentamos hoy es especial: posiblemente, es la bicicleta de madera más rápida del mundo.
Se trata de la Splinter Bike Two. Su constructor ha sido el británico Michael Thompson, que la ha diseñado y fabricado en Norfolk, completamente de madera, incluidas las ruedas y demás elementos. Es la segunda de las tres bicicletas diseñadas por Thompson. La primera SplinterBike formó parte de la exhibición Power of Making, en el Victoria & Albert Museum de Londres. La tercera fue revelada el 15 de junio de 2012 y se llama Splinter Bike Quantum. Pesa 39 kilogramos y el manillar está hecho con antiguos palos de escoba. O sea, que además de usar madera, reutiliza materiales.
La altura del asiento, así como la del manillar, es regulable. El fabricante dice que, en teoría, los 224 dientes en la cadena cuando va a la marcha de velocidad deberían impulsar la bicicleta a una velocidad de 33,33 kilómetros por hora sobre la base de una cadencia ciclista de 100 pedaleos y hasta los 56,66 kilómetros por hora en un sprint de 170. En teoría. Aún no se ha probado el récord. Aunque probablemente, será récord de todas formas, ya que no creo que haya una bicicleta completamente de madera que lo haya intentado.
La altura del asiento, así como la del manillar, es regulable. El fabricante dice que, en teoría, los 224 dientes en la cadena cuando va a la marcha de velocidad deberían impulsar la bicicleta a una velocidad de 33,33 kilómetros por hora sobre la base de una cadencia ciclista de 100 pedaleos y hasta los 56,66 kilómetros por hora en un sprint de 170. En teoría. Aún no se ha probado el récord. Aunque probablemente, será récord de todas formas, ya que no creo que haya una bicicleta completamente de madera que lo haya intentado.
Los ejes de la Splinter Bike Two están hechos de una madera dura llamada de ekki. Los engranajes, ruedas y el bastidor son de abedul y las partes móviles están unidas con piezas hechas de madera de palo de hierro oleoso. La parte más complicada de diseñar fue la cadena, debido a los dientes que se insertan en el engranaje, lo que permite que la bici avance. Está bien, seguro que no es la bicicleta más cómoda del mercado y tampoco la más práctica. Pero sí la más ecológica. Thompson ganó la apuesta que le propuso a su amigo James Tully: hacer una bicicleta completamente de madera.
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