Un tomate perfecto no es aquel que encontramos en el supermercado, enorme y con el color rojo más brillante que los demás, sino aquel cultivado de forma orgánica, que aunque no tenga un color tan brillante, tendrá un sabor jugoso, ácido, e incluso un poco picante, además de que estará lleno de nutrientes. Por eso, una de las mejores formas de conseguir jitomates frescos es sembrándolos en un pequeño huerto que podemos hacer en casa.
Es relativamente fácil si tenemos en cuenta los cuidados necesarios. Para lograr jitomates jugosos, sigue estos sencillos pasos:
1. Preparar la tierra: Es importantísimo tener una tierra llena de nutrientes para que las semillas germinen y la planta crezca sana. Para esto, antes de sembrar hay que prepararla mezclando 2 partes de tierra por una de composta, y agregar un poco de tierra de hoja. Esto ayuda a que los nutrientes lleguen a la planta y no se queden en el suelo, y a que tenga mejor aireación y el agua de riego se retenga mejor.
2. Siembra: Las semillas deben sembrarse a una profundidad igual a su tamaño, es decir, que apenas las cubra un poco de tierra. La mejor época para sembrar jitomate es la primavera, y nuestras semillas tardarán aproximadamente 13 días en germinar. Esta planta es mejor sembrarla en pequeños contenedores, que se llaman almácigos y trasplantarla después de unas semanas a la cama de cultivo, en cuanto tenga tres hojas o mida entre 5 y 8 cms. En cada espacio del contenedor podemos sembrar hasta tres o cuatro semillas.
3. Clima: El jitomate es muy sensible a la temperatura. Por ello es importante sembrarlo en primavera, para cosecharlo en el otoño, antes de que lleguen las temperaturas frías. El tiempo que tarda en crecer y dar frutos para ser cosechado es entre 3 y 4 meses, dependiendo de la temperatura y de la variedad de jitomate.
4. Riego: Cuando la semilla está empezando a germinar en el contenedor, es importante regarla por goteo, sólo lo suficiente para que siempre se mantenga húmeda la tierra. Al trasplantarla, se riega más profundamente, cada 3-5 días dependiendo del clima, y sólo en las raíces, nunca en las hojas porque se pueden enfermar.
5. Sol: El jitomate necesita por lo menos 7 horas diarias de sol directo para crecer sano y tener buen sabor. Conforme vaya creciendo se le puede amarrar una varita de madera para guiarlo y que el peso no haga que la planta caiga al suelo.
¡Listo! Con esta mini-guía ya tenemos los pasos básicos parra comenzar a sembrar. Ahora sí podremos consumir productos locales, frescos, sin ocupar empaques plásticos, y sin pesticidas ni transgénicos. Como en todo, la práctica hará a los sembradores, y de cosecha en cosecha tendremos jitomates frescos aún más deliciosos, y jugosos.
Y ya que estamos en eso, el siguiente video creado por Sandra García Elfau, explica de manera muy sencilla y clara los beneficios y diferencias entre jitomates transgénicos y orgánicos. Ganó el 5º Concurso internacional online de cortos por el consumo responsable organizado en España por el Gobierno de Aragón y ECODES, una empresa española enfocada a la ecología y desarrollo.
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